Ayer a las 23:00 horas, la central nuclear de Garoña sufrió una parada por "una causa menor sin consecuencias para los trabajadores ni para el medio ambiente", según Nuclenor, la empresa propietaria de esta central.
Esta parada no programada, ha sido utilizada por grupos ecologistas (entre los que destaca Greenpeace) para alegar que la central no es segura y pedir el cierre de la misma cuando ésta llegue al fin de su vida útil.
Éste es el tercer fallo de la central en menos de un mes, por lo que las críticas ecologistas cobran mayor fuerza. Podríamos preguntarnos entonces si la central es segura y si realmente merece la pena prolongar su vida útil.
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